Con respecto al trabajo del niño con sus compañeros en la escuela, Sotelo postuló que «los niños por lo general no discriminan, sobretodo siendo chiquitos, las barreras las ponemos los adultos y ellos copian nuestros estereotipos… Y si nosotros favorecemos eso que en los chicos se da en forma natural, la inclusión se dan si problemas«. En el deporte, en tanto, «es más difícil, porque está siempre la competencia, pero hoy en día hay muchos profes, sobretodo en primera infancia, que están apuntando a que los chicos puedan disfrutar de la actividad y se enamoren de hacer deporte, porque a veces encontramos al adolescente que no gusta hacerlo, pero por ese nivel de competitividad. El objetivo entonces no es solamente lograr que participe del deporte el chico con autismo, sino entender que tenemos que cambiar la lógica para el futuro de la sociedad».
«Yo hace 15 años que trabajo de lunes a lunes con personas con autismo, y la realidad es que tal vez no se percibe tan a la vista, pero ha cambiado un montón su concepción a través del uso de las redes sociales, que han permitido que muchas familias se conozcan, reúnan, compartan experiencias, y son quienes empiezan a exigirle al Estado que no se vulneren los derechos de las personas con autismo, y muchas veces son estas familias que terminan despertando a otras familias con los chicos que no estaban diagnosticados, o despertando en una ciudad o pueblo profesionales capacitados para diagnosticarlos… Ha cambiado mucho, pero esperamos que cambie mucho más».
La propuesta, que se enmarcó en el día de la concienciación mundial sobre el autismo (2 de abril), fue organizada por el grupo de padres de niños TEA «ACEPTAME», que comenzó a trabajar y realizar actividades hace tiempo con familias de la ciudad y la región.
FUENTE: Galvez Hoy